lunes, 7 de marzo de 2011

nostalgia infantil

Es curioso, tan solo ayer buscando vídeos en youtube, me encontré con el canal de un tipo que por lo que pude apreciar muy bien, tiene el pasatiempo de terminar videojuegos, muchos de ellos de antaño, ver eso me trajo de pronto una rara emoción ya que muchos de aquellos juegos fueron compañeros mios de largas horas durante la niñez, y eso a su vez me trajo muchos recuerdos de aquellos días, recuerdo que algunos de esos juegos me causaron una gran frustración por no poder terminarlos, y fue interesante ver como terminaban después de quien sabe cuantos años, claro esta que gracias a la magia de los emuladores, que nos ofrecen la oportunidad de revivir esos y otros clásicos con la posibilidad (bastante ventajosa) de grabar los avances en cualquier momento y así repetir el juego al menor error, hasta el menos experimentado (o traumado) puede terminar el juego mas difícil.

Pero bueno, el punto de todo este asunto con los juegos me hizo pensar en esa nostalgia que se puede sentir ahora al recordar todas aquellas cosas tan sencillas de la niñez, la emoción tan inocente que tenias al esperar a que comenzara tu programa favorito, el llegar rápido de la escuela para no perderte un minuto de aquel capitulo y comentarlo al día siguiente con los amigos durante el recreo o alguna clase aburrida, el esforzarte en terminar los deberes para que tu mama te dejara jugar un par de horas (que a veces se prolongaban indefinidamente) con el nintendo, el salir a jugar con los primos toda clase de juegos absurdos con no mas cosas que un par de muñecos o un cochecito o simplemente la imaginación y utilizar como escenario la maleza, las piedras y la tierra del patio, inventando nuevos juegos y escenarios de vez en vez, el salir a jugar la cascarita con los cuates de la colonia, la alegría que se podía sentir con cosas tan sencillas como que te llevaran por un helado o ir a comprar unas papitas a la tienda de la esquina y ver si te salio el tazo que te faltaba, o recibir un obsequio en navidad y reyes que no fueran calcetines y salir a la calle o la escuela para ver los regalos de los demás y jugar juntos, ir a casa de algún amigo para ver si lo dejaran salir, o incluso las peleas ridículas porque uno de los niños no te dejo jugar con su pelota o juguete nuevo.

Al comparar todas aquellas cosas con las de ahora, muchas veces me he llegado a preguntar que es lo que realmente hace que esas cosas tan sencillas pierdan ese sentido y sean sustituidas por las cosas que ahora como adultos consideramos importantes para llenar nuestras vidas mas allá del sentido del deber, realmente será que perdemos esa chispa al crecer de manera irremediable o simplemente creemos que así tiene que ser porque debemos asumir responsabilidades y seguir un ciclo, y que esas responsabilidades se convierten en nuestra vida, y esos momentos de esparcimiento de los que podemos disfrutar ahora como adultos se convierten simplemente en una distracción o descanso de lo que tenemos que lidiar día con día, como si esa capacidad de sorprendernos y emocionarnos se perdiera una vez que se descubre como funcionan las cosas, porque nos volvemos mas concientes del mundo, porque descubrimos nuevas necesidades que solo disfrutar sin preguntarnos mas y todo se vuelve mas complejo que lo que tenemos frente a nosotros... porque la vida pasa, pero ¿realmente serán tan importantes todas aquellas cosas por las que nos preocupamos hoy individualmente y tan banales las cosas por las que nos preocupabamos ayer? ¿tanto cambiamos? la verdad siento mucha tristeza cuando trato de pensar en una respuesta para ello, y mas cuando me doy cuenta que antes era mas feliz.